Y no es porque no te hayas esforzado.
Has contado calorías, evitado cenas sociales, te has sentido culpable por un trozo de pan o por no «cumplir» un lunes más.
Pero no ha funcionado.
Y no es tu culpa.
Después de más de 20 años de experiencia, acompañando a mujeres como tú, he aprendido que la solución no está en una dieta más…
Sino en sanar tu relación con la comida y construir un camino propio, realista, sostenible y sin culpa.
Porque cuando te entiendes, te cuidas mejor.
Y cuando te cuidas desde el respeto, los cambios llegan. Y se quedan.
Trabajo de forma integrada con un equipo de psicología especializado, para ayudarte a transformar tu salud y tu bienestar de forma profunda y consciente.
Un abordaje completo donde cuerpo, mente y emociones van de la mano.
Mejorar la alimentación sin restricciones, desde la nutrición personalizada y respetuosa.
Romper patrones de culpa, ansiedad o control desde un enfoque psicoemocional.
Escucha activa, cercanía y guía profesional durante todo el proceso.
Con cercanía, compromiso y respeto.
Para que recuperes tu confianza, tu paz mental y la libertad de disfrutar comiendo.